domingo, 19 de diciembre de 2010

No es triunfo de la muerte, pero casi.



-En el fondo la vida se parece a una partida de Risk.



Me explico, esto lo dije hace pocos días cuando, concentrada, vi como se me echaban encima batallones de inocentes soldaditos de plástico. Y pasando por alto el desternillante hecho de que parecía que alguien hubiera volcado un bol de lacasitos sobre un mapa, la cosa podía ponerse seria. Muy seria.


Tu estabas tan tranquilo en Madagascar haciéndoles fotos a los leones, sin molestar a nadie (pero planeando hacerlo, imaginándote guerreando en el norte de Africa, a lo zorro del desierto) cuando ves apostarse ejércitos en la costa de enfrente, como quién dice. Saludándote con recochineo.


Y tu también estabas en Norteamérica. Que que coño hacías ahí, te preguntarás, pues conquistar también esa parte si se dejaba, porque venía escrito en la misión que te habían asignado. Porque suele ser así de complicado, uno tiene que enfrentarte a varias cosas a la vez, o en algún momento deberá hacerlo.


Y aquí viene el momento divertido de este cuento y el que con más acierto puede sugerir un paralelismo con la vida real, el momento en que la cagas. Si, cuando un movimiento imprudente como es el apostar todos tus refuerzos en una isla puede poner punto y final a tu juego en ese frente. O como Groenlandia te atacó miserablemente y tu con el culo al aire, pero eso fue porque antes les molestaste a ellos, pobres, que eran cuatro gatos.


Pues eso mismo, profundizando en los conflictos bélicos y comparándolos con tus exámenes, tu trabajo, tu familia, tus amigos y con tu falta de inspiración te sugieren frentes en los que tienes que fichar desde que te levantas y, a veces, incluso antes en evocaciones trasnochadas o en profundos sueños.


Y si te equivocas siempre tienes que volverlo a intentar, porque en eso consiste. Ni en el mapa ni el vida valen un ¨yo no me muevo¨ porque esos siniestros lacasitos te comerán vivo en el siguiente turno.


Y yo me equivoco a veces, muchas, pero si no hay una estrategia perfecta en el Risk, dudo que la haya de la vida. Mis disculpas anticipadas.


A conquistar el mundo se ha dicho.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ideas de madera.

Desde antes de que terminara Octubre no tengo ganas, ningunas, de actualizar mis numerosos espacios en la red. Todo lo que he escrito ha sido estrictamente personal, y mas me me ha valido. Cuando sueltas a tus ideas, algunas amorfas otras endiabladamente refinadas, corres el riesgo de darles vida.

Al fin y al cabo, soy una mujer muy supersticiosa.



- Pero quiero que sepan que entre mis defectos se cuenta el de ser un hombre supersticioso. Es ridículo, lo sé, pero no puedo evitarlo. Y si mi hijo menor sufriera algún accidente, si algún policía lo matara accidentalmente, si lo encontraran colgado en su celda, si aparecieran nuevos testigos del cargo, mi superstición me haría creer que ello se había debido a la mala voluntad de alguno o algunos de los aquí presentes. Quiero decirles más; si mi hijo resulta herido de muerte por un rayo, culparé de ello a los aquí reunidos.

Mario Puzo - El Padrino